Sálvese quien pueda.
Más de un opositor resultó
sorprendido, cuando al colocarse frente al tarjetón electoral durante el
simulacro, no encontró a los partidos acción democrática ni Copei. Algunos
respondieron expresando cierta extrañeza en las redes sociales, un grupo
celebró la ausencia, pero no faltó quien en medio de los comentarios sobre las
razones de tal desaparición defendiera a estas cúpulas del pasado, incluso
aparecieron mensajes en donde se lamentaban ya que esperaban poder votar por
esas toldas, es una pena que no sólo fueran viejos adecos o copeyanos sino uno
que otro joven, cuya razón para apoyarlas nos resulta incomprensible.
Asalta de una vez la inquietud. ¿Cuál es la verdadera razón de esa ausencia? El
punto de partida es la conocida discusión sobre la tarjeta unitaria para la
MUD. A través de varios programas televisivos pudimos apreciar las discusiones
y desavenencias, donde se demostró el alboroto dentro de la mesa de alacranes.
Por un lado, se presentó una postura en contra encabezada por Primero Justicia
y Podemos, en defensa salieron Acción Democrática, Copei y un grupo de
organizaciones pequeñas. Primero Justicia esperaba que con el rechazo a Pablo
Pérez se produjera por consecuencia una pérdida del apoyo a Un Nuevo Tiempo, lo
que a su vez causara un crecimiento tal que los convirtiera a ellos en la
primera fuerza dentro de la oposición, por ser de sus filas el candidato.
La primera consecuencia de la
ausencia de estos partidos, que no es la razón real, tiene que ver con un tema
que ha sido expresado ya en otros artículos, siendo Chávez uno de los que con
claridad lo ha comentado. El candidato
de la derecha ha pretendido hacerse pasar por lo nuevo, una propuesta “refrescante”,
para ello ha necesitado desligarse públicamente de los partidos tradicionales,
alejando de las cámaras a sus personeros y no dejando subir en tarima a ningún
simpatizante que pueda tener elementos que se identifique con aquellos. Pudimos
ver en días recientes a través de VTV a Capriles intentando arrebatar el
micrófono a una señora, que sobre la tarima se refería a sí misma como adeca
hasta la muerte. Sabemos que no engañan a nadie con esa pretensión, son el
pasado, la prehistoria.
Pero la razón real de tal ausencia,
es que Acción Democrática y Copei desde un comienzo han tenido muy claro que
los números no dan para el candidato de la MUD, la derrota que sufrirá el 7 de
octubre será tal, que le costará a la organización su propia integración y ellos
lo saben claramente. Es muy probable que el candidato Capriles sea sepultado
políticamente y con él su partido, Primero Justicia. Ante el conocimiento de
esta situación, los viejos partidos, así como sus representantes, mucho más
hábiles que sus enemigos internos, no pretenden desgastarse en una causa
perdida, ni dejarán que la derrota los arrastre. Les ha costado mucho
mantenerse a flote para andar tomando riesgos de ese tipo.
La
apuesta, que tiene como aliado clave al partido Un Nuevo Tiempo, hijo
predilecto de AD, consiste en guardar energías para las elecciones de
gobernadores y luego las de alcaldes. Aprovechándose de la tángana que vendrá a
lo interno de la “unidad” buscarán dejar sin ningún espacio a Primero Justicia,
para finalmente desaparecerlo o dejarlo bastante debilitado.
El pacto electoral será quebrantado
en el marco posterior a la derrota en las presidenciales. Un Nuevo Tiempo se
jugará todas sus fuerzas para salir como el partido más votado, evidencia de
eso son los datos proporcionados por Jorge Rodríguez en la rueda de prensa del
día 4 de este mes, en el simulacro la toda azul logró ostentar esa posición,
incluso ahí donde Primero Justicia había puesto como encargado de movilización
a alguno de sus miembros.
A esta situación se suman las
declaraciones recientes de David de Lima y William Ojeda, quienes han iniciado
lo que podría convertirse en una oleada de personajes que, viendo el carácter
neoliberal y economicista de la propuesta de Capriles decidieron tomar
distancia, entre algunas razones para evitar ser relacionados con los
resultados desfavorecedores que se avecinan. De seguro en los próximos días
otros políticos asociados a la socialdemocracia seguirán los mismos pasos.
Hay
grupos que vienen garantizando su supervivencia política ante la hecatombe que
significará el próximo fracaso, desde hace mucho han organizando sus fuerzas
internas, porque saben que en las presidenciales hay un grupo que se juega todo
su futuro político, apostando a las intervenciones extranjeras y auspiciando la
desestabilización dentro del país, esos que salen en cámaras asegurando un
triunfo inminente. Mientras tanto, tras el telón, las viejas cúpulas buscan
retomar el poder que los sectores más radicales hacia la derecha han acaparado
para sí.
Manuel Azuaje Reverón.
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