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sábado, 30 de junio de 2012

El machismo y la hipocresía occidental.



Se observa frecuentemente en los medios de comunicación dominantes, televisivos e impresos, así como en las redes sociales, las fuertes críticas a la cultura islámica por su trato a las mujeres y el papel que se les asigna dentro de algunos países árabes. Se financian grupos por parte de algunos Estados europeos, se promueven movimientos y acciones de protesta. La campaña pasa por la invisibilización de todo el fenómeno cultural, desde la cual no se invita a estudiar a profundidad los procesos históricos, formando parte de lo que Edward Said denominó “Orientalismo”. Más no se trata de negar la existencia de un tema ético, ya que no hay estructura cultural que justifique la violencia contra la vida.
            Basta desenmascarar la intensión directa de criminalizar al otro a través de la construcción y promoción continuada de una imagen negativa, por medio de la cual se justifica una batalla civilizadora contra las sociedades diferentes, que siendo ajenas tienen formas culturales milenarias a las que habría que comprender en toda su dimensión. Son los mismos recursos con los que hace mil años se justificaba la campaña santa de las cruzadas evangelizadoras, que ahora llevan las banderas de la “democracia” y el “desarrollo”.