La
viveza criolla ha aparecido con mucha fuerza como tema de discusión
(más allá del trabajo de Axel Capriles donde pretende elogiar esta
actitud), en algunos casos esta expresión tiene una carga negativa,
en otros es recordada positivamente en relación al modo como se
comprendía en el pasado, la viveza entendida como creatividad y
picardía, las historias que se recuerdan de la niñez, los cuentos
de los abuelos.
Esa
capacidad propia de los venezolanos fue plasmada en distintas fábulas
y cuentos infantiles, era visible en múltiples anécdotas
cotidianas. Tenemos recuerdos de la representación del famoso Tío
Conejo, cuyas historias animaban a nuestra generación (80's),
también de otros cuentos como “El perro del cerro y la rana de la
sabana” donde también se hace referencia a este tema. En casi
todas estas historias hay una dualidad, el elogio camuflado a la
viveza y una advertencia respecto a las consecuencias negativas que
genera si se actúa inconscientemente.