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martes, 27 de noviembre de 2012

La traición del verbo.



Antivalores en el discurso de la izquierda.
Resulta frecuente encontrar en nuestras expresiones cotidianas, verbos de dominación y sentidos que expresan los antivalores más conservadores. Sea por un aparente descuido o por una explícita intención, hablamos sobre el otro usando un lenguaje que refiere al machismo, al clasismo, a la homofobia entre otros elementos.
En ocasión de una de estas situaciones una compañera recordaba que el lenguaje no es inocente. El lenguaje está cargado de cultura, contiene los elementos profundos de nuestro pensar, el imaginario con el que nos movemos en nuestra sociedad, cada una de las palabras empleadas supone significados que se adecúan socialmente a una intención, tanto del que la emite como de los receptores de la misma.     

jueves, 22 de noviembre de 2012

Filosofía de la praxis y compromiso en América Latina.



A Leopoldo Zea en los 100 años de su nacimiento
Y a Arturo Andrés Roig que este año
 se sembró en el continente.

Filosofía de la praxis y compromiso en América Latina.
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Frente a los retos que se le presentan a la filosofía en el mundo actual y especialmente en la Venezuela contemporánea, es urgente poner en el tapete la reflexión en torno a la relación entre la filosofía y la realidad, preguntar por su carácter práctico y el papel que le corresponde jugar dentro de una sociedad. Para ello expondremos algunos aportes que sobre el tema nos han legado los filósofos latinoamericanos Adolfo Sánchez Vázquez, Enrique Dussel y Leopoldo Zea.
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            El primer punto que será abordado es el concepto de praxis. Inicialmente es necesario distinguir entre la actividad en general y la actividad humana en particular. Por actividad en general se entenderá el acto por medio del cual un sujeto activo modifica una materia, siendo irrelevante qué tipo de sujeto es, pudiéndose tratar tanto de animales, como de objetos que se relacionan entre sí. En el caso de la actividad humana se produce la intervención sobre un objeto, de modo que su transformación existe dos veces, una como resultado ideal (proyecto) y otra como “producto real”. Debido a esta condición se dice que la actividad humana es consciente, porque por medio de la conciencia se establece el resultado ideal, que orienta la actividad. Este resultado ideal es una motivación que indica el objetivo del acto, caracteriza a la actividad humana como teleológica. Nos dice Sánchez Vázquez “la actividad humana es, por tanto, conforme a fines, y éstos sólo existen por el hombre, como productos de su conciencia” (p.266). La intervención de la conciencia, en el establecimiento de los fines que orientan a la actividad, determina el carácter humano de la misma.