Últimamente hemos visto un crecimiento de la crítica hacia la forma
como se está llevando a cabo el proceso político en nuestro país y
que ahora lidera Nicolás Maduro. Esta crítica suele hacerse con
distintos tipos de intensidad, desde consideraciones suaves respecto
a aquello que se observa va mal y debe ser corregido, hasta los que
con agresividad señalan y sostienen que ya prácticamente el legado
de Chávez está siendo traicionado.
De nuevo urge pensar varios temas sobre el papel de la crítica y
dónde se hace. Para que eso sea posible es necesario superar las
limitaciones que impiden el diálogo y debate, no podemos acusar a
todo aquel que no comparte nuestra visión de encontrarse en las
antípodas de la misma. En este caso se trata de la posición desde
la cual o consideras que todo debe ser criticado en cualquier
momento, o eres una persona pasiva que no critica nada y criminaliza
la crítica.
¿Cuál
es la función de la crítica? El papel principal que cumple es
señalar aquello con lo que no se está de acuerdo, marcar distancia
frente a una situación. Pero en la circunstancia revolucionaria,
suponemos que debe servir para que podamos identificar aquellas cosas
que se están haciendo mal, para rectificar y profundizar. Es decir,
tiene como función permitir que el avance de los procesos.