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jueves, 12 de septiembre de 2013

¿Quiénes son los dogmáticos?



Una de las principales estrategias contra la izquierda que han librado los sectores dominantes a nivel mundial, ha sido acusarla de dogmática, incapaz de generar crítica interna y de ser irreflexiva respecto a sus errores. De ese modo, han desatado tomass media, buscando consolidar una concepción de la izquierda que en nada se corresponde con la realidad.
da su maquinaria compuesta esencialmente por los

En Venezuela no ha sido distinto, acompañado de esta idea, constantemente promovida desde los centros de formación y medios de comunicación, se realiza una deslegitimación del apoyo al gobierno bolivariano. Ese procedimiento se hizo presente, a través de la afirmación constante de que los que apoyaban a Chávez lo hacían desde la emocionalidad, la manipulación a través de la sensibilidad y no porque tuvieran razones reales, que provinieran del análisis y comprensión del proyecto político. 


De esa forma, la oposición pretende hacerse pasar como el sector “pensante y reflexivo” de la sociedad venezolana, donde se encuentran todos los que hacen uso de la razón, mientras que por otro lado no hay más que autómatas y repetidores. Esta estrategia es fundamental a la hora de decir que el apoyo al proyecto político que presentó Chávez y ahora continúa Maduro, no proviene de la reflexión sino de la demagogia de un discurso que apela a los sentimientos.

Ejemplo de esto lo hemos vivido durante los últimos 14 años, cuando se ha sostenido que el chavismo está lleno de “borregos”, “focas” y personas compradas para asistir a las manifestaciones que se hacían en apoyo a Chávez. Ni siquiera el fallecimiento de Chávez y todo el sentimiento desbordado de un pueblo, que no sólo se movilizó durante dos semanas, sino que expresó con firmeza los argumentos que lo llevaron a apoyarlo y seguirlo en su proyecto, pudo modificar esta visión.

Al contrario de esta pretensión, la izquierda ha mostrado una capacidad real de reflexión, de crítica interna para visualizar sus errores, pudiendo hacer giros en su rumbo marcado por la práctica y la orientación teórica. Esta situación se visualiza a lo interno del marxismo, donde han surgido interpretaciones distintas respecto a cómo se debe leer la obra de Marx en el plano teórico, así como corrientes que en lo práctico llevan a cabo programas distintos.

La izquierda a nivel mundial ha sabido recomponerse luego de distintos fracasos, que la han llevado a tener que evaluar desde la raíz toda su estrategia y visión de sobre la transformación. La caída de la Unión Soviética pudo significar el fin de toda posibilidad de transformación de la sociedad capitalista, aunque fue así para muchos la lucha continuó. Se abrieron nuevos caminos, resurgiendo la crítica, acompañada de los planteamientos que permiten construir desde lo concreto la nueva sociedad.

Pero no sólo se trató del momento en el cual el neoliberalismo y su fin de la historia, fueron derrotados desde la acción de los movimientos que se alzaron contra el sistema imperante, así como todos los que siguieron apostando a la crítica al sistema de la compra y venta de la fuerza de trabajo. Ya desde sus inicios la izquierda nació siendo reflexiva y autocrítica respecto a sí misma, emergiendo un grupo variado de corrientes que apuestan a la transformación del capitalismo desde distintas trincheras. 

También en Venezuela se ha hecho evidente que la situación no difiere del comportamiento histórico en la dinámica política. Mientras se acusa al chavismo de dogmático, la izquierda tiene distintas posiciones a lo interno del movimiento que apoya el proceso político que encabezó Hugo Chávez, ahora agrupado siguiendo a Nicolás Maduro en la presidencia, pero que se hace cada vez más colectivo.

Esas posiciones van desde sectores que desde un inicio se han opuesto a apoyar a Chávez, considerando que no representa realmente la lucha de clases, hasta algunos que apoyaron con algunas distancias al inicio y que se han mantenido dentro de las fuerzas que agrupa la Revolución Bolivariana teniendo distintos niveles de colaboración. Hay quienes apoyan radicalmente, o quienes sostienen una posición abiertamente crítica buscando profundizar los procesos en términos de clase y programa revolucionario.

La izquierda como movimiento va configurando su base programática, se ha constituido desde una plataforma plural. La revolución bolivariana lucha desde la base para crear espacios donde se hable de los errores, donde se muestren argumentos para apoyar o estar en contra de algunas decisiones. La militancia que apoya el proceso, desarrolla permanentemente argumentos en público de por qué se compromete con este proyecto.

En esa misma línea, el chavismo ha tenido un comportamiento electoral desde el cual se muestran señales evidentes de su capacidad de actuar frente a lo que considera va mal. En varias ocasiones candidatos lanzados por la dirigencia política del MVR y luego el PSUV, perdieron la reelección luego de haber realizado una gestión que por el pueblo era considerada ineficiente o corrupta. Esta situación demuestra que a la hora de votar se actúa desde una perspectiva racional y no nada más emotiva.

Al contrario de la izquierda, en Venezuela vemos una oposición que no en su totalidad, pero si en su clara mayoría, es incapaz de generar una crítica respecto a su accionar, tanto como reconocer los momentos en los cuales ha tomado decisiones que han resultado fatales. Esta situación se da no sólo en su dirigencia, sino que sus seguidores son incapaces de reconocer en cuándo sus líderes se han equivocado, ni cuentan con espacios donde de forma pública opinen críticamente sobre las decisiones que se toman y pueden ser consideradas como un error.

En el contexto electoral reciente se hizo evidente cómo la oposición sigue un liderazgo construido mediáticamente. Un candidato que habiendo gobernado durante 12 años (8 como alcalde y 4 como gobernador) era incapaz de hablar desde una gestión pasada, porque no podía presentar una habilidad de gobierno que no tiene. Si se preguntaba por una obra de gobierno en cualquiera de estos dos cargos, nadie podía decir nada. Esta es un ejemplo rápido de donde se encuentra la reflexión y la autocrítica.

Es simpático ver cómo quienes son abiertamente opositores, se mantienen constantemente afirmando las ideas anteriormente desarrolladas. Pero comparten la crítica que desde la izquierda se hace en Venezuela a los errores de gobierno. Entran en las páginas donde se publican los artículos de opinión y empiezan a difundirlos, pero luego salen a sostener que aquí no hay sino seguidores irracionales. Saben que ellos no tienen espacios donde se pueda discutir, sus posiciones si son inamovibles.

Manuel Aguaje Reverón.

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