Se
aproxima un nuevo proceso electoral en el que serán elegidos 337
alcaldes y 2455 concejales. Hay quienes consideran que estas
elecciones no son tan importantes, resultando en un proceso de menor
relevancia. Al contrario, el proceso electoral que se avecina es
clave en términos estratégicos, hecho demostrado entre otros casos,
por la centralidad que tiene en el discurso opositor.
La
mesa de la unidad ha planteado casi todos sus candidatos. En algunos
casos como el de la alcaldía de Caracas el consenso se ha roto,
además de la posición del MAS que va con su tarjeta propia. En el
discurso con motivo del apoyo instantáneo al diputado Richard Mardo,
Capriles ha hecho hincapié en estas elecciones, no sólo porque la
oposición sabe que es esencial mantener ciertos espacios, sino que
necesitan que los números totales a nivel nacional los muestren en
ventaja.
La
oposición sabe que obtendrá una cantidad menor de alcaldías que
las fuerzas aliadas del Gran Polo Patriótico, pero también sabe que
su fuerte está en las capitales de Estado, donde se concentra mayor
población y hay un ejercicio estratégico del poder, así como un
cuantioso manejo presupuestario. Por lo tanto, apuestan a mantener
las capitales de Estado que ya tienen y obtener algunas más.
Pero
la apuesta fundamental opositora además del control de los espacios
y presupuestos, apunta a tener una mayoría de votos en el total
nacional, mayoría que le permita afirmar mediáticamente una
posición triunfalista que mueva a sus seguidores. Capriles subsumió
la propuesta de sectores discursivamente más radicales sobre la
posibilidad de lanzar una constituyente, para ello llamó a votar en
las elecciones de diciembre y luego avanzar en ese cambio
constitucional.
La
propuesta constituyente hecha por la oposición representa un
desarrollo en cuanto al discurso sobre el cambio que ha sido eje
centran en las campañas electorales de Capriles. Si bien ese cambio
era un elemento vacío de contenido respecto a cómo será, cuáles
son los puntos respecto a lo que se cambiará y cómo se procederá a
realizar dichos cambios, ahora con la constituyente toma un poco de
contenido, hay una idea concreta.
Ante
ese discurso y la importancia que a las próximas elecciones
regionales, Maduro ha salido al paso planteando que el cambio sólo
se da en revolución. “Revolución en la revolución” fue el lema
con el que se arrancó el nuevo período de gobierno, acentuando el
hecho de que el cambio será representado por los nuevos candidatos
que se han propuestos, la profundización de la revolución y una
gestión local eficiente. Esta acertada respuesta ha venido
acompañada de la postulación de candidatos jóvenes que no han
ejercido cargos de elección pública y que vendrían a representar
ese cambio en las alcaldías.
Aunado
a esta posición discursiva fundamental, que le sale al paso al
discurso opositor, tal como hiciera Chávez en la campaña
presidencial del año pasado, se ha presentado la unidad de las
fuerzas políticas representadas en el Gran Polo Patriótico. El
Consejo Patriótico de Partidos Políticos ha demostrado funcionar
como una instancia de decisiones consensuadas respecto a las
candidaturas, así como a una dirección conjunta de la revolución.
Esta
unidad es estratégica en términos políticos porque supone un
espacio de diálogo entre las dirigencias partidistas en función de
consolidar no sólo la estrategia electora, sino de elevar al
ejecutivo la visión que tienen respecto a la forma como se debe
gobernar. Los múltiples partidos que participan de este espacio
tienen visiones distintas que deben consolidar la crítica y
rectificación sobre la gestión, así como avanzar en el desarrollo
del proyecto presentado por Chávez en 2012 y que ha sido apoyado por
todos.
Pero
resulta esencial y urgente, luego que esa unidad se ha consolidado,
avanzar en un diálogo orgánico con la base, no sólo partidista,
sino todos los movimientos sociales, organizaciones comunitaria y
militancia, que día a día lleva a cabo en lo concreto la
construcción del socialismo. El cambio real debe venir representado
por el ascenso de liderazgos desde esa base, aquellos que defienden
la revolución en lo cotidiano y desde su origen.
El
PSUV no debe olvidar la situación de crisis y estancamiento que se
hizo visible en los últimos procesos electorales, la poca capacidad
de movilización y la parálisis de una dirigencia que ya no se
relaciona con la base del partido. Rejuvenecer la dirigencia pasa por
establecer esos canales orgánicos de diálogo que permitan el
surgimiento visible de liderazgos que ya vienen formándose en el día
a día con la comunidad.
Es
necesario entender, que las elecciones en el marco de la democracia
representativa burguesa, son parte de un proceso que ha escogido esa
forma para llegar a espacios donde se ejerce el poder delegado. Pero
que si bien, en lo coyuntural son mecanismos donde se enfrenta a la
derecha opositora, la permanencia, profundización y avance de la
revolución se juega en la gestión eficiente, y esencialmente en lo
concreto comunitario, la construcción de la democracia participativa
y protagónica, la formación de las comunas. Es el ejercicio directo
y comunitario del poder el que transforma radicalmente.
Manuel
Azuaje Reverón
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